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24/9/10

SEIS LECCIONES BAJO EL AGUA

Por: Jesús Silva R.

1era. lección. Esta noche te sentaste a escribir y enumeraste tus años de escritura, son casi la totalidad de tu vida, esta vez como pocas veces, tu mano o tu alma mostraban fatiga. Imaginaste la vida como el ancho mar y te proclamaste navegante, un día sin noche te regaló un resumen sobre toda tu existencia, viste que tripulabas un buque en aguas serenas y te encontraste de pronto en un bote frágil entre feroces mareas. Supiste la naturaleza del agua, que puede transformarse bruscamente y ser tu amiga y tu enemiga en un instante, así es ella.


2da. lección. Muchas veces no se trata de la nave que abordes, si es grande o pequeña, maciza o vulnerable, porque la suerte final del viaje depende de ti, navegante. Contemplarás el instante en que el agua te golpeará con fuerza tan brutal que logrará expulsarte de tu vieja embarcación y solo si sabes nadar, si es que lo has aprendido, podrás salvarte. Recordarás entonces cuanto evitaste ese momento para luego darte cuenta que ya eres parte del instante y que no interesa mirar atrás, ahora todo lo que importa es vivir. Es tu duelo contra el agua, que viene y va, que regresa para abatirte de mil maneras, no hay nadie más y a nadie esperas.


3era. lección. El agua es fría, es gigantesca, no la puedes calcular, pero comprendes que es al menos diez mil veces más grande que tú. Puedes agotarte, ella no se agotará. Puedes quedarte sin aire, ella no se secará. Comprenderás que para no morir deberás recurrir a algo mejor que toda tu fuerza, todo tu miedo, toda tu ansia y toda tu ira, porque en esta sumersión, la máxima expresión de todas ellas unidas no te servirá de nada. No es una batalla entre potencias iguales, sino lo asumes rápidamente serás tragado; esta vez te tocará producir una potencia distinta con calidad superior a la fuerza animal.


4ta. lección. El agua te manifiesta su violencia y tú te llenas de calma, ella anhela quitarte el aire y poco a poco lo hace, pero no te desesperas ante sus primeros avances. Repentinamente, empiezas a disfrutarlo, extiendes el tiempo y descubres el modo de recuperar el aire que te fue robado. Has aprendido a obtener tu oxigeno, basado en tu temple, tu inteligencia y confianza. Ahora todo empieza a ser tu juego y aunque te hallas en un lugar al cual tu alma no pertenece, ya has aprendido a diferenciar entre lo que te lastima y lo que te mata. Desde hoy, lo incierto ya no podrá matarte, y si te derriba, te levantarás, podrá la ola intentar arrasarte y jamás lo logrará pues ahora sabes manejarle. Sin embargo, aunque ya no tienes miedo, quizás no todo sea como crees.


5ta. lección. Nadando entre violentos mares, te olvidaste si fue la mar quien te retó o fuiste tu quien la retaste. Poco importa si la buscaste o fue la mar quien te buscó, de pronto necesitas apartarte de tierra firme, quizás por el mayor sufrimiento que hallaste en la superficie. Cuando la brisa te envolvía el rostro, te molestaba, el sonido del propio viento te aturdía y necesitabas separarte, entonces volvías a la mar y a sumergirte, un mundo que no era tu mundo te brindaba un goce falso y temporal. Aunque todo sea tan surreal, en tu caso, que no se parece al caso de nadie, nada interfirió en tus venas, aunque tu sangre fuera limpia, nunca estuviste libre de la locura ni la muerte.


6ta. lección. Moriste y reviviste en sumersión, despertando en madrugadas de extravío. Buscabas lo que te faltaba en submundos submarinos de tantos sueños mezclados con pesadillas. Supiste de las mentiras humanas, fuera o dentro del agua, artificial o natural daba lo mismo, bastaba construir tu mundo. Mientras menospreciabas los riesgos, la aventura peligrosa intentó sustituir tu vida, no lo permitiste, seguiste luchando y te guardaste en mi corazón, para la eternidad.

6/9/10

No voy a apagar este fuego

















Por: Jesús Silva R.

Ya hice del sentido común, mi menos común sentido,

Ya creí ser Superman, mientras era destruido.

Ya sentí la excitación, de tatuajes corporales,

Ya viví la consecuencia, secuela de actos carnales.



El instante fue el error, nunca antes permitido,

Lo impensable en once años, esa vez fue consentido.

Eva me despojó del látex, y calló mis amores rotos,

Eva fue la desgracia de Adán, de ese "amor" no quedan fotos.

Eva me llevó a la esclavitud, usaba sabiduría,

Y me impuso nuevas leyes, con su vientre de María.

Creí que a su dominio cruel, pronto me resignaría,

E intenté apagar mis sueños, porque la esclavitud prometía.

Su vientre sería mi calma, mi estúpida tranquilidad,

Lo que algunos padres llaman: Tu adulta estabilidad.

Pero mucho más estable, fui en tiempos de rebelión,

Cuando no existían chantajes, criaturas ni obligación.

En mis épocas pasadas, todo era el hoy y el ahora,

Y mi pasión por la vida, era música sonora.

Ser joven eternamente, fue mi absoluto placer,

Ausencia de compromisos, ni obligación de querer.

Esa necia construcción: "La familia Fisher Price",

Implicaba al mismo tiempo: Ya no más la vida "nice".

NO QUISE APAGAR ESTE FUEGO, porque en este fuego crecí,

No quise matar al artista, que en libertad siempre fui.

No quise temerle al tiempo, ni al frío paso de los años,

Ni rendirme a la amenaza, que la soledad hace daño.

No sé si busqué el consuelo, de cien amores fallidos,

O me hartó la dignidad, de siempre intentar lo perdido.

Nunca dejé de atreverme, siempre ensayé fantasías,

Aposté al amor genuino, que el dinero no ofrecía.

Y rodé por un barranco, que hasta en prensa se sabría,

Amar y no ser amado, puede ser pornografía.

Ya hice del sentido común, mi menos común sentido,

Ya creí ser Superman, mientras era destruido.

Ya sentí la excitación, de tatuajes corporales,

Ya viví la consecuencia, secuela de actos carnales.

Mi más amada creación: fue un producto no naciente,

Y me condujo a otro idilio, aunque menos indecente.

De una mansión de cristal, con conejos por retrato,

Reapareció Satanás, con su feroz arrebato.

El peligro es más extremo, si es huérfana la ciudad,

Más si inhala Billie Jean, la blanca perversidad.

Nada pudo unificarnos, nos separaba la suerte,

Y muy distinto pisamos, el loco pedal de la muerte.

Si... soy menos joven que antes... ¿Dime tú a quién mortifica?

NO QUIERO APAGAR ESTE FUEGO... ¿Sabes tú qué significa?

Del amor ya yo he aprendido, todo lo que no se debe hacer,

Ya aprendí lo desastroso, que un capricho puede ser.

Heme aquí, el Ave Fénix, que resurge entre las cenizas,

Que no renuncia al amor, pero rechaza las prisas.

Dispuesto a intentarlo mil veces, sin perder la dignidad,

Sin temor a los fracasos, ni a futura adversidad.

NO VOY A APAGAR ESTE FUEGO... Y esa es toda mi verdad.


20-08-10

04:58 AM

5/9/10

CLANDESTINA















Por: Jesús Silva R.



¿Qué es amar?

¿La fiebre de un dia sin poderte besar?

¿Brevedad de una noche y beber tu sudor?

¿Qué será?

¿Archivar mi saliva con sabor a tu flor?

No, no es amor.


Siento la soledad autoimpuesta de esta noche,

convencido de no poder desearte más,

y seguro de que hoy, tal como anoche,

sera tu imagen quien me vuelva a desvelar.


PARECE QUE FUE AYER...

Expertos al seducir, todo nos vino normal

ambos usamos la rosa, ambos usamos puñal,

sexual juego de acrobacias, en el extasis total,

tan orgásmico tu rostro, y tu mirada al brillar.

Yo saboreaba tus juegos, y tu profunda maldad,

porque deseaba el romance, no importa el precio fatal.


Los sucesos de la noche, no se olvidan en el dia,

nunca olvidarás mi nombre, mucho menos mi poesia,

aunque no puedas amarme, lo imagino noche y dia,

volveré a besar tus pies, ahora en mis fantasias...



En tu mente quedará, este amor hipnotizado.

Arriesgándome a tus besos, sé que hoy nada he ganado.

Quedan sólo memorias, y vino champanizado.

Deseaba tocar las nubes, pero tú me lo has negado.


CLANDESTINA

La clandestinidad de tus caderas, era perfecta de día,

por la noche fue la trampa, que a traición me llevaría;

treinta y nueve besos falsos, financiados por la CIA.

Rompiste mi corazón, e inspiraste esta poesía,

qudarás para la historia, Amante de Fantasía.


Y hoy...

Aun te paseas por mi mente, tu silencio se repite.

¿Será que imaginar secretamente,

provoca que en mil sueños tu me agites?

¿y qué me pasa?

No hay quien lo explique!

Todo es ficción, tú ya no existes!


En verdad grabé tu rostro, para bien de mis desvelos,

Depertando por el sol, fue hora de olvidar anhelos,

No más tu cuerpo, ni tu sonrisa,

La mañana de tu adios, final caricia.


Yo no me quise marchar, tal vez te quisiste ir,

Quise dormirte en mis sueños, pero no querías dormir.