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20/4/11

El honor de una libélula















Por: Jesús Silva R.

Nunca pudo la libélula negarse,
A quemarse por fatal adoración,
A los rayos de un bombillo regalarse,
Con locura por su mítica pasión.

Ese insecto que tu vez que se aproxima,
Jamás quiso procesar la reflexión,
Que esos rayos que lo llaman lo encaminan,
A su muerte, por fanática obsesión.

Insolente, ella ha retado a ese bombillo,
Y muy cerca hoy estuvo de quemarse,
Se ha encontrado embriagada por el brillo,
De esos rayos que no quieren apagarse.

No le teme a los rayos de la muerte,
Que amenazan con robarle su pasión,
Ella siente que en su lucha es la más fuerte,
Más su viaje será su crucifixión.

Le ha tocado ahora morir incinerada,
Una noche desgraciada de altivez,
En su vuelo ella jamás le temió a nada,
Más la muerte no la absolverá esta vez.

Y entre el humo solitario está su cuerpo,
Como brasa consagrada al desamor,
Es migaja abandonada en el desierto,
Que está sólo acompañada por su honor.

3/4/11

Lo nuestro es un secreto

Por: Jesús Silva R.

Lo nuestro por ahora es un secreto, 
Pero puede ya no serlo en el mañana.
Si es que hoy soy mucho más que tu amuleto,
En verdad quisiera ser tu última hazaña.

Luminosa como el cielo que amanece, 
Tu entusiasmo ha revivido mi alegría,
De repente he regresado a tener 13, 
Más o menos a esa edad nací en poesía.


Pero tienes 21 y fue legal; 
Que una tarde, clandestina, fueras mía,
Preventivo, debo ya aclarar tu edad, 
Y evitarme acusación de policía.

Aunque muy adolescente puedas ser, 
De tu ser me impresiona lo sensible,
Ya me has dicho que mi alma puedes ver, 
Mi dulzura en este mundo es invisible.

Mi tristeza la supiste adivinar, 
De las tumbas que refugian mis amores,
Yo en tus ojos percibí intención de amar, 
Tu en mis ojos percibiste los dolores.

Fui insistente al quererte preguntar, 
Si me quieres como actor o sólo el hombre,
En mi escena, a las masas, sé encantar; 
Pero "encanto" en el amor es un mal nombre.

Mi experiencia me ha mostrado una verdad, 
La conquista es un juego muy ingrato,
¿De qué sirve un amor de brevedad, 
Para un alma tan quebrada como un plato?

Por belleza y juventud tienes licencia, 
De intentar o repetir dos mil errores,
A mis 30 es diferente la conciencia, 
Ya acumulo un cementerio de ex amores.

Pero ahora no pretendo darte clases, 
Del amor dejé de ser buen profesor,
Vi la vida como fiesta de disfraces, 
Y usé el traje de implacable seductor.

Arrastrando decepciones de la vida,
Formalmente me juré no enamorarme,
Por sorpresa me has cambiado la partida, 
Y es que ahora tu has logrado ilusionarme.