Por: Jesús Silva R.
La poesía de mi vida,
Fue tuiteada noche a noche,
Frente a ojos inocentes,
Pareció infantil derroche.
Tan común fue preguntarse,
Si eran letras bien pagadas,
Pues tantas obras poéticas,
A quién iban dedicadas?
Fue entonces cuando mi arte,
El mundo recorrería,
Y más de una seguidora,
Fue mi musa por un día.
Apasionado como fui,
En mis versos generosos,
Fue mi meta publicar,
Mis estudios amorosos.
Hallé tanto afecto genuino,
En damas que me leyeron,
Que les regalé más lecturas,
Por las gracias que me dieron.
Luego de un ciclo cumplido,
De rimas, versos y prosas,
Me llevo entre mis recuerdos,
Un mil respuestas hermosas.
Ya el amor duerme en mi cama,
Y es mi mujer ideal,
La que inspira cada noche,
Mi nuevo verso virtual.
Por eso si un alma noble,
Hoy más rimas me pidiera,
Que lo sepa todo el mundo,
Poeta soy hasta que muera.
