Seguidoras

21/9/15

Say good-bye (despídete)

Say good-bye (despídete)

Jesús Silva R.

Esta es una historia real o más bien fue fantasía. Te fuiste, tal vez nunca estuviste, es seguro que no volverás a estar. Ni siquiera una última foto. Mi necia ilusión no merece perdón. Sabíamos bien a lo que se jugaba: talentos nocturnos, la tasa de cambio y tu última actuación. 

Despídete de mí, si es que alguna vez en tu mente estuve, en tu corazón yo sé que no. Pero no te despidas de mis recuerdos, porque donde sea que vayas, los más inmaduros caminarán contigo. 

Despídete de lo que pudo ser pero no fue, aunque no te importe. Pero no te despidas de la posibilidad de un milagro. La distancia no es asunto de kilómetros sino de sentimientos. Y yo no renuncio al milagro de volver a verte, aunque sea en otra vida. 

Despídete de los metales, y los materiales de precio ficticio que no se comparan al valor de mi amor. Fui protagonista de un sacrificio secreto y voluntario que no has descubierto ni comprendido. Pero no te despidas nunca de la oportunidad descubrir y entender, al corazón que te amaba pero al que no supiste ver. 

Despídete del protocolo, la imagen corporativa, tu estilacho y tu mandibuleo. Despídete también de la innecesaria cortesía de responder a una declaración de amor. Pero no te despidas de la piedad hacia quien se confiesa para sufrir más y darte excusa para desaparecer; porque sabe que jamás será correspondido. 

Despídete de la foto de la última noche, símbolo de nuestros mundos distintos. Imagen que pisoteaste como boxeadora en el ring, delito sentimental que profundizó mi herida. Esa foto fallecida será la más recordada pues no hay mejor evidencia de tu ausencia que una foto que ya no existe. Pero no te despidas del vacío que provoca tu arte de no amar, de no estar y de no comprometerte; porque lamentablemente tu crueldad te hará siempre inolvidable. 

Despídete de mis heridas, yo me las llevo conmigo. Son el justo castigo y lo acepto con orgullo, perfecta sanción para quien aceptó dar sin recibir, soñar sin coronar, imaginar sin concretar, ver y no tocar, desear y no besar. Pero no te despidas de los sueños, esos son tuyos, ya en otras partes del mundo, con otras gentes y otras caras. Mientras tus sueños sean para desafiar al destino, de alguna manera yo también viviré a través ellos. 

Despídete de todo lo que no te interese, pero si quieres no te despidas de nada. Me despido yo de ser la sed. Despídete tú de ser oasis.