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30/9/20

Aunque te doblo la edad



Por Jesús Silva 


Tu amor me devolvió luz,
Cual Jesús de Nazareth,
Me bajaste de la cruz,
Y por tí vivo otra vez.

Soy Jesús brazos abiertos,
Como el Cristo en el Brasil
Cuando a tu lado despierto,
Mi corazón late a mil.

Nos fundimos en un alma,
En cada noche de sexo,
Y desaparece mi calma,
Cuando bailas en mi plexo.

Eres como te soñaba,
Fogosa y larga jirafa,
Cuando tu pasión acaba,
Derramas en mí tu garrafa.

Desatas en mí la pasión,
Que casado nunca tuve,
Haces rugir al león,
Que tan dormido mantuve.

Modelo de un metro ochenta,
Con veinte años de edad,
Ahora que tengo cuarenta,
Gozo tu sensualidad,

Te admiran por tu figura,
Me envidian por mi maldad,
La maldad de hacerte mía,
Aunque te doblo la edad.

No saben que cuando cabalgas,
A este corcel de experiencia,
Me pides que no se salga,
De tu cuerpo mi estridencia.

Dicen que amas por dinero,
Y yo por placer sexual,
Ignorantes ponen pero,
A este amor espiritual.

No saben que de la muerte,
Mi corazón tú salvaste,
Ni saben que soy el maestro,
Que toda tu vida deseaste.

Te doy mis clases de inglés,
Y tú me enseñas maraca,
Mi flaca de bellos pies,
Eres mi potra en Caracas.

Y si el tiempo devolviera,
No cambiaría mi pasado,
Porque tus besos de fiera,
Yo ya los he comparado,
Los tuyos son de hechicera,
Otros sabor a pescado.

Me pides vida contigo,
Y me encanta acompañarte,
Un día sin tí es un castigo,
Quiero por siempre adorarte.

28/9/20

La dama del helicóptero









Por Jesús Silva

La dama del helicóptero,
Aterrizó sobre mí,
Veterana del orgasmo,
Sudaba con frenesí.

Piloto de mil acrobacias,
Movimientos giratorios,
Su más grande exhibición,
La hizo en mi dormitorio.

Voladora talentosa, 
Conocía bien el tablero,
Presionaba los botones,
Cuando me decía te quiero.

Fueron meses de romance,
Ella dijo que me amaba,
Apretaba mi palanca,
Y de amor me derramaba.

Ella me subió hasta las nubes,
O eso me hizo creer,
Sus piernas maravillosas,
Me sabían retener.

Hicimos varios videos,
Para documentar la locura,
Cuando apagaba la cámara,
Éramos sexo y ternura.

La dama del helicóptero,
Solicitaba prudencia,
Que su rostro no se viera,
En videos de indecencia.

Que nos amaramos más,
Fue mi peor disparate,
Se lo propuse una vez,
Y su respuesta fue látex.

Intrépida voladora,
Su horario era restringido,
Cuando caía la tarde,
La dama ya se había ido.

Me llamaba a media noche,
Para completar el trabajo,
Su sensual voz al teléfono,
Me hizo arder de arriba a abajo

Ella era un simulador de vuelo,
Con viajes de vuelta e ida,
Con el tiempo descubrí,
Que tenía doble vida.

Al final de las caricias,
Renovaba sus promesas,
Pero el tiempo fue agotando,
Sus cartas bajo la mesa.